Antiguamente era muy típico que el baño se revistiera con azulejos (poco vistosos para nuestro gusto, sinceramente).  Seguro que todos cuando éramos pequeños e íbamos al pueblo de visita a los abuelos nos horrorizaba ese cuarto de baño frío y lleno de azulejos desfasados por las cuatro paredes.

La verdad es que cuando se piensa en renovar ese desfasado cuarto de baño, inmediatamente viene a la cabeza la idea de unos albañiles entrando en casa y unas semanas de suciedad y ruidos, en definitiva,  incomodidades, por delante.  Si además te paras a pensar en el presupuesto, aunque estos han bajado en la medida que la crisis ha hecho mella en el sector de la construcción y las reformas, probablemente desistas.

Tranquilos. Contamos con la solución perfecta para aprovechar esos azulejos horribles, darle otro aire a la estancia y traerla a nuestro tiempo: pintar los viejos azulejos con esmaltes de fácil aplicación. Con los años han mejorado mucho sus prestaciones, y actualmente presentan indudables ventajas: fácil aplicación sin imprimación y, casi siempre, en una sola capa y una resistencia a la limpieza y a la humedad garantizadas.

Ahora mismo, en el mercado no hay una gama de colores demasiado extensa pero sí suficiente para satisfacer todos los gustos. Además debes contemplar otras variables, más allá de tus gustos,  como si el baño recibe luz natural o no. Eso te hará decidir entre un color blanco, azul o rojo, por ejemplo.

Para que vayas haciendo presupuesto, necesitarás contar con esmalte especial para azulejos, un rodillo de espuma, un rotulador blanco especial para retocar las juntas, brocha y brocha acodada para zonas difíciles y detrás del radiador y cinta de carroceo. ¡No queremos manchar demasiado!